¿Cómo reducir la huella de carbono?

Como empresa, nuestra labor y una de nuestras nuevas responsabilidades es defender una producción y una logística interna sostenible, que no sea enemiga de la naturaleza, sino que la respete. Los cambios para poseer un negocio cuyo impacto ambiental sea el mínimo posible comienzan desde dentro, analizando y aprobando políticas que reduzcan los niveles de contaminación y la huella de carbono que se crea al fabricar un producto.

El cuidado de la Tierra es cosa de todos, pero son especialmente las compañías las que tienen que prestar especial atención a sus emisiones a la atmósfera, ya que las cadenas de suministro pueden ser responsables de hasta 4 veces las emisiones de gases de efecto invernadero de las operaciones directas de una empresa. Por eso hoy veremos qué es exactamente la huella de carbono y algunas ideas para reducirla en tu negocio. ¡Vamos allá!

¿Qué es la huella de carbono y cómo se calcula?

La huella de carbono son el conjunto de gases de efecto invernadero (GEI) que se emiten por acciones directas o indirectas, producidas por personas, organizaciones, eventos y/o productos. Las empresas son uno de los elementos que más contamina y promueve el efecto invernadero. De ahí que muchas de estas estén buscando e implementando soluciones sostenibles para reducir la energía que utilizan y hacer que los procesos que no pueden evitar realizar para producir sus productos sean lo menos contaminantes posible.

Poco a poco cada vez más empresarios están tomado conciencia de la importancia de administrar las fuentes de energía y de las consecuencias que puede tener para el planeta, para la población y para su propia imagen de marca no hacerlo. Los compradores también están concienciados de la importancia de adquirir productos que sean sostenibles y cuya marca respete y proteja el medio ambiente. Por eso existe también una tendencia hacia empresas eco-friendly o que estén alineadas con sus propios valores, llegando incluso a pagar más por ese tipo de productos.

El control de la huella de carbono de una empresa puede ayudarla a entender en qué están contaminando tanto y encontrarle una solución. Para calcularla, lo primero que hay que averiguar son los niveles de contaminación o emisiones efecto invernadero que se producen diariamente en la empresa, con la mayor exactitud posible.

Para ello habrá que recopilar datos sobre cualquier proceso en el que se produzca contaminación que deje después una huella de carbono como por ejemplo: consumo de electricidad, tipo de. embalaje, materiales, transporte, gestión de residuos etc. Estas cantidades se miden en toneladas de CO2 y se puede calcular multiplicando los datos de las actividades por los factores de emisión. El resultado será nuestra huella de carbono empresarial y con ella podremos comenzar a aplicar las medidas con las que reduciremos las emisiones de efecto invernadero, identificaremos ahorros potenciales, llegaremos a los requisitos medioambientales exigidos por ley y, además, mejoraremos la reputación social.

Para tener un poco más controlados qué tipo de gases son los de efecto invernadero, es decir, los contaminantes, veamos cuáles son los principales o que más se emiten:

• Dióxido de carbono (CO2). Es el más conocido de forma popular y se genera de la quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón o gas natural), todas aquellas sustancias creadas en el interior de la tierra hace millones de años y en las que ha ido acumulando el carbono presente en la atmósfera. De ahí su nombre.

• Vapor de agua (H2O). Aunque no suene muy agresivo, también forma parte de los gases de efecto invernadero. Este vapor se produce por la evaporación o la ebullición de agua líquida o por sublimación de hielo.

• Metano (CH4). Aparece por la putrefacción anaeróbica de las plantas. A pesar de su origen vegetal o natural, es 23 veces más potente que el CO2.

• Óxidos de nitrógeno (NOx). Estos óxidos son un conjunto de varios compuestos químicos binarios gaseosos formados cuando al combustionar a altas temperaturas.

• Ozono (O3). Este compuesto gaseoso, altamente oxidante, se usa principalmente en la desinfección y desodorización del ambiente, además de para el tratamiento y la purificación de aguas.

• Clorofluorocarbonos (CFC). Se emplean como gases refrigerantes, agentes extintores y propelentes en los aerosoles.

La empresa sostenible y la logística

¿Cómo tiene que comportarse una empresa ante una necesidad de reducción de las emisiones contaminantes? Todo dependerá del tipo de negocio y de su magnitud. Si una compañía pretende controlarlas y hacer que descienda, lo primero es centrarse en las partes de la organización que generen mayores emisiones generales de la cadena de suministro. Los proveedores también forman parte, de alguna manera, de la empresa, por lo que es preciso seleccionar e identificar a los que ayuden a conseguir el objetivo y que demuestren con actos que también gestionan sus emisiones.

Cuando se demuestra la conexión entre la reducción de emisiones y el logro de los objetivos en una empresa, se puede generar mucho apoyo interno para promover que la cadena de suministro sea ecológica.

Si una empresa es capaz de explicar adecuadamente sus objetivos para reducir su huella de carbono a los proveedores con los que trabaje, estos estarán al tanto y buscarán respetarlos. También se pueden realizar auditorías ambientales a posibles nuevos proveedores antes de incorporarlos o solicitarles sus propios datos de emisiones contaminantes directamente, tomando la iniciativa de crear conciencia sobre sostenibilidad e informar de estos valores tanto a empleados de proveedores como a los propios vendedores.

El transporte de los productos desde el almacén hasta el lugar de destino es el segundo mayor  motivos de emisión de gases de efecto invernadero mundial. Sin embargo, no podemos prescindir de este servicio, así que hay que buscar una alternativa al proceso actual. Las organizaciones deben tener en cuenta el impacto de sus procesos logísticos en el análisis medioambiental de sus cadenas de suministro. 

Por eso, ecologizar los sistemas de transporte ayudará a reducir las emisiones de carbono, creando una estrategia de logística sostenible en la que se incluya el análisis y seguimiento de la flota y la logística, tanto de la misma empresa como la de los proveedores, además del tipo de combustible utilizado. Es tarea de la compañía escoger a aquellos que ya usen transporte y combustibles respetuosos con el medio ambiente.

Aunque el comienzo del camino de la sostenibilidad puede ser complicado, a largo plazo puede suponer una reducción de gastos para la empresa, ya que esta comenzará a elegir de forma automática socios comerciales alineados con sus valores y que sean al mismo tiempo eficientes, fomentando la sostenibilidad. Los proveedores verán que tendrán más oportunidades de negocio conforme más empresas exijan en ellos un proceso sostenible y les inspirará a cambiar.

Formas de reducir la huella de carbono en una empresa

Aunque ya hemos comentado que reducir la contaminación del transporte y los procesos logísticos puede ayudar a una empresa con su huella de carbono, no es lo único que puede hacer para mejorar sus niveles de emisiones. Te dejamos algunas ideas más que aplicar en cualquier negocio para que su funcionamiento y sus departamentos sea cada vez un poco más respetuosos:

Tramita certificados medioambientales ISO. Una buena idea para asegurarse de que la empresa cumple los objetivos medioambientales es implantando sistemas de gestión que permitan obtener acreditaciones que demuestren que la compañía está cumpliendo con las normas legales establecidas y tiene un compromiso con el medio ambiente.

Este proceso no solamente será positivo de cara al cliente, ya que favorecerá a la imagen de la empresa, sino que hará que todos los procesos se auditen y se revise la huella de carbono del negocio. Para obtener la certificación es necesario pasar por un análisis, realizado por ciertas entidades verificadoras de calidad ambiental.

Usa un packaging sostenible. Cambiarse a la tendencia de moda, el packaging ecológico, no solo significa seguir la tendencia, sino que permite a una empresa ahorrar en gastos de producción, reducir las emisiones de CO2 durante su transporte y ayudar a mejorar el medio ambiente. Además de los embalajes, también se pueden utilizar palets de plástico reciclable y envases diseñados para que el producto, si así lo desea el cliente, pueda devolver en el mismo. El objetivo de cualquier packaging sostenible es que se puede reciclar y reutilizar

Optimiza el flujo de transporte. Si se crean sistemas y planes de gestión que perfeccionen el flujo de transporte se gastará menos combustible y el reparto será mucho más eficiente.Las emisiones del transporte provienen de la quema de combustibles fósiles de automóviles, camiones, aviones y otros vehículos. Este parte de la empresa puede llegar a generar el 16,2 % de las emisiones globales. Sin embargo, unas sencillas medidas, como las que acabamos de comentar, pueden ayudar a paliar la contaminación producida.

Concienciación de los trabajadores. Los empleados son la empresa y la empresa son los empleados. Ambas partes tienen que tener los mismos objetivos y valores en mente, por lo que se debe formar a los trabajadores sobre los cambios en referencia a la sostenibilidad. Estos pueden contribuir a su reducción si se les educa sobre, por ejemplo, las 3R: reutilizar, reducir y reciclar. Este concepto es muy básico y seguramente ya lo conozcan pero, además de que no viene mal repartirlo para que lo apliquen también en el trabajo, puede ayudar increíblemente al planeta.

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