Última milla

El e-commerce o el comercio electrónico lleva un crecimiento imparable desde que la pandemia nos obligó a hacer nuestras compras habituales sin salir de casa, es decir, a través de Internet. La necesidad y el descubrimiento por parte de las empresas de vender a través de otro formato han hecho que todas ellas, grandes y pequeñas, quieran sumarse a esta nueva moda que parece completamente integrada en el día a día de los compradores.
La dramática evolución de la crisis climática está alarmando tanto a personas como empresas, que buscan desesperadamente formas de reducir su huella de carbono para contribuir a la sostenibilidad del planeta. Además de innovaciones como la logística verde, en el campo logístico también se está comenzando a implantar la llamada economía circular.
Como empresa, nuestra labor y una de nuestras nuevas responsabilidades es defender una producción y una logística interna sostenible, que no sea enemiga de la naturaleza, sino que la respete. Los cambios para poseer un negocio cuyo impacto ambiental sea el mínimo posible comienzan desde dentro, analizando y aprobando políticas que reduzcan los niveles de contaminación y la huella de carbono que se crea al fabricar un producto.
Cuando hablamos de logística, también , puede ocurrir que el cliente quiera devolver su producto, ya sea porque no es el correcto, porque ha llegado roto o porque, simplemente, han cambiado de idea y (si el producto se encuentra en buen estado) lo quieren devolver.
Los hábitos de consumo y nuestros ritmos de vida, sumados al avance de las nuevas tecnologías, han hecho que las marcas y empresas comprendan el valor de una logística organizada y competente. Los compradores esperan y exigen que los pedidos que realizan lleguen en el menor tiempo posible, incluso en el mismo día.
Puede que, en un futuro, el servicio de mensajería urgente se convierta en el habitual, dada la demanda de velocidad que exigen los clientes a la hora de enviar sus pedidos, sobre todo en el entorno virtual del e-commerce. De hecho, la rapidez y la puntualidad son 2 de las características que los consumidores más valoran de una empresa.